Fuente: La Vanguardia
Las carreteras secundarias siguen siendo el número uno del ranking de las vías que acumulan más fallecidos. Según el Race, en 2018, 994 personas fallecieron en estas vías, ya sea por salidas de vía o choques.
Como la mayoría de las señales que recibimos los conductores nos llegan a través de las marcas viales, que generan un lenguajes universal con el que los conductores pueden circular con seguridad estén donde estén.
El objetivo de la Dirección General de Tráfico es reducir la velocidad en estas vías secundaria, para lo cual ha puesto en marcha una nueva estrategia, ya aplicada con éxito en Suecia y Noruega, que consiste en pintar dos líneas verdes paralelas a las líneas exteriores de la carretera pero por su parte interior. Estas líneas generan la sensación de estrechamiento del carril, lo que provoca que los conductores reduzcan la velocidad y conduzcan de formas más tranquila.
Los resultados obtenidos en dos carreteras de la provincia de Palencia han sido muy satisfactorios, por lo que no se descarta que se aplique en otras comunidades autónomas.
En caso de que el pintado de estas líneas produzca el efecto deseado, se evitará la aplicación de controles de velocidad aleatorios en estas vías al no ser necesario.
Por otra parte, la DGT está llevando a cabo una segunda estrategia para el control de velocidad en las carreteras. No es otro que los radares en cascada, que no es otra cosa que colocar un cinemómetro móvil después de la localización de un radar fijo y anunciado, para pillar a los conductores que incumplen los límites de velocidad pero al pasar por los radares fijos reducen su velocidad para luego volver a acelerar.