Evidentemente esto solo se puede aplicar hoy en día a los vehículos con cuentakilómetros clásicos de algunas marcas y no los que llevan los digitales que se montan hoy en día (digital cockpit).
Las marcas han decidido emplear diferentes estrategias para situar estas líneas, no habiendo una única explicación. Principalmente se han utilizado dos estrategias diferentes, aunque hay que destacar que no existe ninguna normativa al respecto y es algo que no está regulado en ningún país.
La primera estrategia se basa en marcar los límites máximos de velocidad recomendados para que el conductor lleve a cabo el cambio de marcha. Este planteamiento es muy antiguo ya que se empezó a utilizar cuando los coches no traían indicador de las revoluciones a las que se encuentra el motor.
La segunda estrategia se basa en indicar los límites de velocidad en los diferentes tipos de vías existentes (casco urbano, zonas residenciales, autopistas o autovías). Ni que decir tiene que este planteamiento tiene el inconveniente de que en cada país existen diferentes limitaciones de velocidad y que además, éstas pueden cambiar en cualquier momento como ha pasado en España, por lo que su utilidad sigue siendo escasa.
Tras conocer esta curiosidad, ahora te toca verificar si tu coche tiene estas líneas rojas y comprobar si se adapta a alguna de las estrategias vistas.